¿Qué es un seguro de responsabilidad civil?
Cualquier persona, ya sea a título individual o como profesional, es susceptible de causar un daño a un tercero. La ley exige que dicho daño sea reparado, salvo causa de fuerza mayor.
El seguro de responsabilidad civil se ocupará de indemnizar al o a los perjudicados por el daño sufrido, encargándose si es necesario, de los gastos de defensa jurídica
Es importante comprender que la responsabilidad civil se puede producir tanto por acción, omisión o negligencia y que no solo es atribuible a nuestros propios actos sino también a aquellos que dependan de nosotros, en el caso de los padres son responsables de lo que hagan sus hijos y en el caso del autónomo con empleados o el empresario, por los actos de sus empleados.
Desde el punto de vista asegurador se suelen diferenciar tres tipos de responsabilidad civil:
- Responsabilidad civil general
- Responsabilidad civil profesional
- Responsabilidad civil errores y omisiones
Responsabilidad civil general
La responsabilidad civil general responde de los daños materiales y o personales que produzcamos a terceros. Un ejemplo típico es si a un profesional de la construcción se le cae un objeto que golpee a una persona o a un coche. El seguro se hará cargo de la indemnización que corresponda para reparar el daño producido.
En este tipo de seguros de responsabilidad civil general, se suele incluir como garantías adicionales, la responsabilidad civil patronal, reclamaciones de trabajadores por un daño sufrido durante la jornada laboral y la responsabilidad civil post-trabajos, daños por vicios ocultos una vez finalizado el trabajo.
Responsabilidad civil profesional
La responsabilidad civil profesional responde de los daños económicos que produzcamos a terceros. Un error de diseño por parte de un arquitecto o un ingeniero, una presentación fuera de plazo del iva, una incomparecencia del abogado perdiendo el cliente sus derechos. Se trata por tanto de errores cometidos por profesionales con título reconocido por el Ministerio de Educación y Ciencia, que generan un daño patrimonial, normalmente a su cliente.
Aunque no siempre, la tendencia actual del sector asegurador es incluir como garantías adicionales la responsabilidad civil general y la responsabilidad civil patronal.
Responsabilidad civil errores y omisiones
Son muchas las actividades humanas que no están regladas o que no precisan de una titulación específica y sin embargo son igualmente susceptibles de producir un daño. Un terapeuta natural, un fotógrafo, el organizador de un evento… El seguro de responsabilidad civil por errores y omisiones resarcirá de los daños patrimoniales que dicha personas o sus empleados puedan producir a terceros.
Al igual que en el caso de la responsabilidad civil profesional, la tendencia es que las compañías incluyan también la responsabilidad civil general y la responsabilidad civil patronal.
¿Cómo funciona el seguro de responsabilidad civil?
Siempre que se produce un daño se pueden dar tres situaciones.
Que en efecto hayamos cometido un error y que la reclamación se ajuste al daño producido. En ese caso, la compañía de seguros indemnizará directamente al perjudicado.
Que en efecto hayamos cometido un error pero la reclamación sea desproporcionada con respecto al daño producido. En ese caso, la compañía tratará de negociar con el perjudicado y si no se llega a un acuerdo, será el juez el que determine la cuantía a indemnizar. El seguro de responsabilidad civil se hará cargo de los gastos de defensa jurídica que correspondan.
Que no hayamos cometido ningún error y que a pesar de ello el presunto perjudicado nos reclame. En ese caso la compañía denegará responsabilidad, pero en caso de que el perjudicado persista por la vía judicial, el seguro de responsabilidad civil se hará cargo tanto de los gastos de defensa como eventualmente de la indemnización a la que fuésemos condenados.
¿Qué es la franquicia?
La mayoría de los seguros de responsabilidad civil conllevan una franquicia. Es una cuantía, generalmente muy limitada, que deberá pagar el titular del seguro en caso de que haya que pagar una indemnización.
El sentido de la misma es corresponsabilizar al titular del seguro de responsabilidad civil, para que no abandone las más mínimas medidas de actuación prudente por el hecho de tener un seguro. Además gestionar un siniestro ya sea importante o no, conlleva unos gastos fijos, si las compañías tuviesen que atender cualquier reclamación por mínima que fuera, se encarecerían bastante este tipo de seguros.
En resumen, el seguro de responsabilidad civil, nos permite actuar ya sea a título individual o como profesionales, con la tranquilidad de que en caso de una acción errónea, o una omisión o una negligencia, no tendremos que responder con nuestro patrimonio personal, siendo el seguro el que se hará cargo de las posibles consecuencias, incluidos los gastos de defensa jurídica.